Estos juegos normalmente no tienen la atención, ni nivel de muchos otros, y es por eso que normalmente no reciben la difusión que se puede llegar a observar hasta para mundiales de clavados. Sin embargo, los coloco entre mis menciones por ciertas particularidades que se presentaron en estos juegos.
La delegación mexicana llegó proclamando que conseguiría el primer lugar en el medallero y que sería con ¡146 medallas de oro! Definitivamente una afirmación temeraria. Al final, México sí consiguió el deseado primer lugar del medallero, aunque no consiguió la cantidad de medallas que buscaba. Nuestros atletas regresaron con un total de 133 primeros lugares, que no suenan nada despreciables. Pero es aquí donde debemos ser un poco más críticos. Consideremos primero cuáles son los países que compiten en estos juegos. Usualmente el más fuerte de entre todos ellos es Cuba... pero, ¿qué creen? ¡Cuba decidió no competir puesto que los juegos se realizaron en Puerto Rico! Con esto, México perdía al más fuerte opositor y sólo le quedaban enfrente Venezuela y Colombia como competencias duras. Claro, esto varía para cada deporte, ya que hay países que destacan en uno u otro. Pero el punto es que, en una competencia donde de por sí el nivel no es muy alto, el rival más fuerte decide no presentarse, y al final México no consiguió todas las medallas que buscaba, sin mencionar que cinco de los atletas mexicanos medallistas de oro dieron positivo en las pruebas antidoping. Me parece que en lugar de presumir 133 medallas de oro, deberíamos lamentarnos por no haber llegado a las 146 aprovechando la ausencia cubana. Por supuesto, no todo es desgracia, también nos encontramos con historias de éxito y muy dignos representantes mexicanos en esos juegos, como es el caso del arquero Juan René Serrano, quien, de 8 medallas de oro posibles, regresó a nuestro país ¡con 8! Rompió récords nacionales e internacionales y aún así es una persona muy calmada y amable. Entre más de cien millones de mexicanos, estoy seguro que hay muchos más como él, pero hay que encontrarlos y entrenarlos... Se supone que esa es la tarea combinada de SEP y CONADE. Así, México seguro tendría una delegación que haría temblar los estadios de cualquier deporte.
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